13/1/19

El Mar del fin

Como un pájaro que deambula lejos de su nido así el hombre deambula lejos de su lugar
Proverbios 27:8


La salida de Egipto se refiere más y principalmente a fuerzas y procesos actuantes en lo interno del hombre que a un acontecimiento histórico. En este sentido Egipto es el símbolo de un estado de consciencia del hombre y no un estado nacional. Egipto en hebreo se dice Mitzrayim palabra que se descompone en Metzar-Yam : Metzar significa estrechez, limitación y Yam significa Mar. Mitzrayim  es entonces "limitación en el mar, limitación en el infinito".

Dice el Profeta Isaías ... "la plenitud de toda la Tierra está llena de su gloria" Isaías 6:3  y esto, porque su vitalidad deriva del poder Divino que hay en su interior. Pero el hombre no percibe este poder. Solo  ve el mundo material y no su sostén espiritual. De aquí se dice que la Presencia Divina (en hebreo Shejiná) está en el exilio. Porque es eterna, el alma (Nefesh Elokit) ocupa un plano infinitamente superior al del cuerpo. Por lo tanto, por naturaleza, lo espiritual debería controlar a lo físico en el hombre. No obstante, por lo general, ocurre lo contrario. El predominio de lo físico sobre lo espiritual es el exilio, la diáspora del alma. Entonces el exilio de Egipto (galut) se compara con los sueños, porque los sueños parecen reales, pero no lo son.

La última barrera para salir del exilio de Egipto es la travesía del Mar Rojo. El Pentateuco se refiere a este mar como el Mar de los Juncos (en hebreo Yam Suf o Yam Sof ) . Sof significa en español "fin o final" . Se trata entonces del Mar del Fin. 

Para atravesar el Mar del Fin a secas es necesario, como está indicado simbólicamente, en los capítulos 12 y 13 del Exodo, estar preparado para el viaje que se inicia en este mundo (Olam Hazzé) haciendo el sacrificio pascual, tiñendo con la sangre el dintel y las jambas de la puerta de la casa para que la muerte pase sobre ella, precipitarse comiendo el cordero, el pan sin levadura y las hierbas amargas, todo esto presto para la travesía del Mar del Fin es decir: con el cinturón en las caderas, las sandalias en los pies y la vara o bastón para apoyarse al caminar, en la mano. Estos son símbolos de una  sabiduría muy grande referidos al hombre interior. De todos ellos nos interesa aquí el símbolo de la travesía del Mar del Fin.

La travesía del Mar de los Juncos o Mar del Fin ( Yam Sof ) es el tránsito al cuarto de al lado, el tránsito hacia lo que en este mundo (Olam Hazzé) es generalmente inconsciente y hacia donde  nos reintegramos cuando la Vida nos despoja de la vestimenta que es nuestro cuerpo físico y éste (la vestimenta) vuelve a la tierra de donde provino.

Como bien lo escribió Carl Gustav Jung ... "el agua es el símbolo más frecuente del inconsciente" ...

El Mar del Fin ( Yam Suf  o Yam Sof )  es el inconsciente que debe ser atravesado a secas para poder salir de Egipto. A secas significa, sin perder la consciencia porque la consciencia que ha perdido su vestimenta (el cuerpo físico) necesita una nueva vestimenta apropiada para no disolverse en el mar del inconsciente, vestimenta ésta, que solo se puede "fabricar" mientras se está en este mundo (Olam Hazzé) y se tiene un cuerpo físico. Es decir la estrechez y la limitación (Metzar)  abarca también el Mar (Yam) . Es en ese Mar que los egipcios (los que no tienen la vestimenta apropiada) se adentraron en persecución de aquellos que se prepararon para el viaje. El resultado es que la consciencia de los egipcios fue disuelta y aquellos que se prepararon para el viaje portando la vestimenta adecuada salieron del exilio atravesando el Mar del Fin sin que su consciencia sea disuelta, es decir a secas. Los Vivientes que no perdieron la consciencia, que no se disolvieron en el Mar del Fin  cantaron:

"Quien es como Tú entre los dioses IHVH-Eterno? Quien es como Tú maravilloso en sacralidad, estremecedor de alabanzas, hacedor de maravillas" Exodo Cap.15 ver.11

En el texto "Las Raíces de la Consciencia. De los Arquetipos del Inconsciente Colectivo" (1) Carl Gustav Jung escribió:

" ... El inconsciente es esa psíque que desciende de la claridad diurna de una consciencia espiritual y moralmente clara en este sistema nervioso designado desde siempre con el nombre de simpático ; no mantiene, como el sistema cerebro-espinal, la percepción de la actividad muscular y no reina con ellos sobre el espacio-entorno ambiente, sino que, sin órganos sensoriales, asegura el equilibrio de la vida y, a través de vías misteriosas, por excitación y resonancia, no solamente transmite noticias de la más íntima naturaleza de otra vida, sino que además hace irradiar sobre ésta una actividad interior. Es en este sentido un sistema colectivo fundamento verdadero de toda participación mística, mientras que la función cerebro-espinal culmina en la separación de la determinación de el yo y no hace más que asir, por intermedio del espacio, lo que hay de superficial y exterior. La segunda función (cerebro-espinal) ase todo como acontecimiento exterior, y la primera (sistema nervioso simpático) al contrario, como acontecimiento interior" ...

Y sigue escribiendo Carl Gustav Jung:

... "Hay que aprender a conocerse sí mismo para saber lo que uno es, ya que lo que viene después de la muerte es, de manera inesperada un espacio sin límite lleno de una indeterminación inaudita, que parece no tener ni interior ni exterior, ni alto ni bajo, ni aquí ni allá, ni mío ni tuyo, ni bien ni mal. Es el mundo del agua en donde planea en suspensión todo lo que es vivo, en donde comienza el reino de lo "simpático" , alma de todo lo que vive, en donde soy inseparablemente, esto y aquello, en donde experimento el otro en mí y en donde el otro me experimenta en tanto que yo. El inconsciente colectivo es todo salvo un sistema personal cerrado, es una objetividad vasta como el mundo y abierta al mundo entero. Soy el objeto de todos los sujetos en la más total inversión de mi consciencia ordinaria en la que siempre soy un sujeto que tiene objetos. Ahí, en el inconsciente colectivo, estoy a tal punto religado al mundo en un vínculo tanto más inmediato que muy fácilmente olvido quien soy en realidad. "Perdido en sí mismo" es una feliz expresión  para caracterizar este estado. Pero ese sí es el mundo, o un mundo si un consciente pudiere verlo. Es por esto que uno debe saber quien uno es. En efecto, apenas el inconsciente nos toca que uno ya lo es, éste es el peligro primero ya conocido instintivamente por el hombre primitivo ubicado tan cerca de esa "plenitud" y objeto de su temor. Su consciencia es en efecto incierta y titubeante. Es todavía infantil, emergiendo apenas de las aguas primeras. Una ola del inconsciente puede fácilmente hacerlo sumergir ;  olvida quien era y hace cosas en las cuales no se conoce más él mismo. Si los primitivos tienen tal miedo de los afectos incontrolados, es que la consciencia desaparece muy fácilmente en el curso de estos y deja campo libre a la posesión. Es por lo que todos los esfuerzos de la humanidad apuntan a la consolidación de la consciencia. Es para eso que servían los ritos, las "representaciones colectivas" , los dogmas ; eran diques y murallas elevadas contra los peligros del inconsciente, los "perils of the soul" ... son murallas construidas desde los tiempos más lejanos y que más tarde se convirtieron en los fundamentos ... de las tradiciones religiosas.

...Dios mismo no puede ser experimentado si no existe alguna cosa tan fútil e irrisoria que un ego para ofrecerle un modesto recipiente capaz de recoger la influencia del Altísimo y llamarlo con nombres ... la experiencia es la cosa esencial y no su ilustración o su elucidación intelectual que solo se revelan dotadas de sentido o de utilidad ahí en donde el acceso a la experiencia original está obstruida ... El Sí que desea realizarse se extiende de todos lados por encima de la personalidad-ego. Es, de por su naturaleza comprehensiva, más claro  y más obscuro que ésta última, y por consiguiente, sitúa al yo ante problemas que preferiría eludir mucho ... 

... Es para nosotros un asunto vital ocuparnos del inconsciente. Se trata de ser o no ser espiritualmente hablando ... el tesoro descansa en la profundidad de las aguas ... y algunos hombres tratan de sacarlo porque no deben olvidar jamás quienes son, y no deben jamás, a cualquier precio perder su consciencia. Mantendrán así sólidamente su posición sobre la tierra". Fin de cita.

La creación y la cristalización de una vestimenta capaz de proteger a la consciencia y resistir el efecto disolvente del inconsciente o del Mar del Fin ( Yam Sof ) es el acceso a la Vida Eterna, a la Redención. En cierto modo es un tema tabú.

(1) Texto publicado por primera vez en los Anales de Eranos  (Eranos -Jahrbuch), 1934 página 179 y siguientes. Revisado por C.G.Jung en mayo de 1953.