5/12/10

El pensamiento, la palabra y la acción

"¿Cual es el orígen verdadero del conflicto entre los hombres?

Se acostumbra explicar las manifestaciones del conflicto primero por los motivos que los antagonistas reconocen conscientemente como causa de la discordia y por las situaciones y los procesos objetivos en los que se apoyan esos motivos en los cuales las dos partes están implicadas.

También se procede analíticamente, explorando los complejos inconscientes frente a los cuales esos motivos se comportan simplemente como los indicios de una enfermedad ...

La doctrina del Jasidismo también se acerca a esta concepción en la medida en que conecta la problemática de la vida exterior con la de la vida interior ... considerando al hombre en su totalidad y con la exigencia de que se "reajuste". Es necesario que el hombre realice primero, él mismo, que las situaciones conflictivas que le oponen a los otros no son sino consecuencias de situaciones conflictivas en su propia alma, y que debe hacer el esfuerzo por vencer este conflicto interior que es el suyo para tornarse hacia sus semejantes como un hombre transformado ... y establecer con ellos nuevas relaciones ...

El punto de Arquímedes desde donde puedo, en mi lugar, mover al mundo es la transformación de mí mismo. Si en vez de esto pongo dos puntos de Arquímedes, uno aquí en mi alma, y el otro allá, en el alma de mi semejante en conflicto conmigo, enseguida se me escapa el punto único sobre el cual una percepción se había abierto a mí.

Enseñanza de Rabí Bounam: "Nuestros sabios decían: "Busca la paz en tu lugar." No se podría encontrar la paz en alguna otra parte sino en uno mismo, hasta que se la haya encontrado y Rabí Israel Ben Eliezer (Besht) decía: "Hay el pensamiento, la palabra y la acción" y con estas palabras dice exactamente en que consiste el conflicto, entre estos tres principios, en el ser y en la vida del hombre:

Todo conflicto entre mí mismo y mis semejantes viene de que no digo lo que pienso y que no hago lo que digo.

Debido a este hecho, la situación entre mí mismo y el otro se enreda y se envenena siempre de nuevo cada vez más. ... Por nuestra contradicción, por nuestra mentira, alimentamos y agravamos las situaciones conflictivas y les damos poder sobre nosotros hasta que nos esclavizan. Para librarse, una sola salida: comprender el retorno hacia mí mismo: todo depende de mí, y querer el retorno: yo quiero reajustarme.

Pero para estar a la altura de esta gran tarea, el hombre debe primero, más allá de la confusión de las cosas sin valor que estorban su vida, re-unirse a su Sí Mismo, debe encontrar él mismo, no el yo manifiesto del individuo egocéntrico, sino el Sí profundo ... y todo nuestro hábito hace obstáculo".

Martin Buber (El Camino del Hombre según la doctrina Jasídica)