18/6/12

Los sueños oníricos

"Cualesquiera sean los aportes positivos de todos los esfuerzos que apuntan al conocimiento de la naturaleza humana, uno se asombra en nuestros días, que no hayan tomado en consideración la fuente por excelencia del conocimiento de sí en la que discernimos ahora el principal tesoro de informaciones que nos conciernen, a saber, el inconsciente y particularmente, sus manifestaciones oníricas.

Se sabe que Sigmund Freud, calificó el sueño onírico como via regia hacia el inconsciente, y que utilizó los sueños oníricos de sus pacientes para hacerles tomar consciencia de esas pulsiones sexuales cuya represión constituye precisamente, según su teoría, la esencia misma de los trastornos neuróticos. Según su concepción, los sueños oníricos contienen en forma encubierta alusiones a esos deseos y pulsiones. Así, Freud pensaba haberlos "explicado" (en el sentido de "desmitificado") gracias a su sistema. Contrariamente a Freud, C.G.Jung no se satisfizo de esta teoría: frente a los sueños oníricos guardó la actitud que había adoptado en sus inicios, estimando que contienen un factor esencialmente desconocido, creado por el fondo del alma inconsciente y resultante de él, que se trata de explorar por la observación experimental y empírica, abordando cada caso particular con un espíritu deslastrado de ideas preconcebidas e impregnado de objetividad".

"A principios de noviembre 1928 Jung comienza su seminario sobre el análisis de los sueños oníricos. Los participantes acostumbraban reunirse los miércoles en la mañana en los salones del Club psicológico de Zürich que se encontraba en una casa recubierta de hiedra en la Gemeindestrasse. El 7 de noviembre de 1928 Jung dijo lo siguiente:

Señoras y señores, el análisis de los sueños oníricos es el problema central del tratamiento analítico porque es el medio técnico más importante para abrir una avenida hacia el inconsciente. Habitualmente, el paciente va a casa del psicoanalista porque se encuentra varado o en un callejón sin salida, y supone que el médico sí conoce una salida. Si el médico es honesto, reconocerá que él tampoco la conoce. Pero sucede que los médicos no lo sean ... En análisis, debemos tener cuidado de no pretender que conocemos todo del paciente o que conocemos el medio de sacarlo de sus dificultades. Si el médico le dice lo que piensa que es la dificultad, el paciente seguirá la sugestión del médico y por consiguiente no hará la experiencia de aquello que él debe encarar. Las sugestiones pueden funcionar un cierto tiempo,  pero después de haber dejado a su médico el paciente recaerá rápidamente, porque no tiene ningún contacto con sí mismo y no vive su propia vida sino la que le impone su médico. Es el momento en el que debe volver al consultorio para recibir nuevas sugestiones y pasado cierto tiempo los dos se cansarán de este proceder. Por esto es importante que el médico admita que no sabe. A partir de este momento ambos están listos para aceptar los hechos imparciales de la naturaleza como realidades científicas, porque las opiniones personales son más o menos juicios arbitrarios que pueden ser enteramente falsos. Jamás estamos ciertos de tener la razón. Es debido a esto que debemos buscar los hechos que nos proporcionan los sueños oníricos. Los sueños oníricos son hechos objetivos. No responden a nuestras esperanzas y no los hemos inventado. Si uno tiene la intención de soñar de ciertas cosas eso es algo imposible. Soñamos acerca de nuestras interrogantes, de nuestras dificultades. Somos absolutamente incapaces de influenciar nuestros sueños oníricos, y el ambiente real no proporciona necesariamente el material del sueño onírico ... Curiosamente, nuestros sueños oníricos son totalmente independientes de nuestro consciente, y su valor extremadamente importante nos viene de que nunca hacen trampa. Leerlos es igual de difícil que la lectura de los hechos fisiológicos. Así como fue necesario desarrollar técnicas serias para establecer un diagnóstico sobre el corazón, el hígado, los riñones etc... hemos tenido que desarrollar técnicas serias para hacer una lectura justa de los hechos imparciales contenidos en los sueños oníricos. No hay que tener duda alguna en cuanto a la imparcialidad de los hechos, pero sí mucha en cuanto a la lectura que de ellos se hace. Eso explica el número de puntos de vista ─ el punto de vista freudiano por ejemplo. ... El soñador es un hombre de negocios de 45 años ... al venir a verme pensaba que le hiba a decir lo que tenía que hacer. Le dije que no tenía idea alguna. Eso lo sorprendió. «Pensaba que Usted lo sabría!» Pero le contesté: «No conozo la solución a su problema, pero están los sueños oníricos, hechos imparciales, que podrían dar informaciones. Veamos un poco lo que dicen». Y es de este modo que hemos dado inicio al análisis de sus sueños" ... ...

Según una conferencia publicada en los anales del Congreso de la Sociedad de Psicoterapia, 1929 y posteriormente en el libro Seelenprobleme der Gegenwart, Rascher, Zürich 1931, C.G.Jung expresó:

"Mi contribución personal a la terapéutica se inserta ahí donde, al cesar el tratamiento, el desarrollo comienza ... se limita a los casos en los cuales el tratamiento racional no ha dado los resultados esperados. La mayoría de mis pacientes han pasado por una forma cualquiera de tratamiento psicoterapéutico seguido de éxito parcial o fracaso ... los recursos de la consciencia estan agotados ─ la expresión inglesa usual es pertinente: «I am stuck» ─ estoy bloqueado. Esto me obliga a buscar nuevas posibilidades porque no sé responder a la pregunta del enfermo: «¿Que me aconseja Usted que debo hacer?» No sé más que él. No sé más que una cosa: es, que si mi consciencia no ve más hacia adelante vía alguna practicable y permanece estancada, mi alma inconsciente reaccionará a este marasmo pronto insoportable ─ por ejemplo en los sueños oníricos. Esta es la razón por la cual en este tipo de casos concedo toda mi atención al sueño onírico concebido ... no como una panacea o porque de mi parte detendría el secreto de alguna misteriosa teoría de los sueños oníricos, según la cual hay que proceder ciertamente de tal o cual manera ─ sino sencillamente por aprieto. No sé a que, de otra manera me podría dirigir, a que santo encomendarme ... No me prevalezco de una teoría de los sueños oníricos ;  ignoro de donde provienen. No tengo la mínima seguridad que mi manera de trabajar los sueños oníricos merezca el nombre de método. Comparto todos los prejuicios en contra de la interpretación de los sueños oníricos, quintaesencia de incertidumbre y de arbitrario. Pero por otra parte sé que ─ cuando uno medita un sueño onírico el tiempo suficiente, yendo al fondo de las cosas, cuando uno lo conserva ante sí, se le examina de vez en cuando bajo sus diferentes facetas, algo de ellos se expresa siempre ─ Ese algo naturalmente no es un resultado científico con el cual uno puede alardear o racionalizar ─ pero es una advertencia de importancia práctica que indica al paciente la orientación de su andadura inconsciente ─ ¿Que me importa que el resultado de la meditación sobre el tema onírico sea sostenible científicamente y lógicamente inatacable? ... El único criterio que deba reconocer reside en la eficacia o ineficacia de mis esfuerzos" ...

"En 1936/1937 tuvo lugar en la Escuela federal de Altos Estudios Técnicos (ETH) de Zürich, el Seminario sobre los sueños oníricos de niños en el cual C.G.Jung estableció los siguientes aspectos del sueño onírico como suficientemente fundados y validados por los hechos:

El sueño onírico proviene de dos raíces diferentes: por un lado los contenidos conscientes tales como las impresiones recibidas durante el día etc... y por el otro, los contenidos constelados en el inconsciente. Estos últimos pueden dividirse en dos categorías:

1. Las constelaciones provocadas por los contenidos conscientes.
2. Las constelaciones surgidas de procesos creadores del inconsciente.

La significación del sueño onírico puede ser formulada como sigue:

1. El sueño onírico constituye una reacción inconsciente a una situación consciente.
2. Representa una situación tal que ella resulta de un conflicto entre la consciencia y el inconsciente.
3. Manifiesta una tendencia del inconsciente que busca provocar un cambio en la actitud consciente.
4. Representa procesos inconscientes que no permiten que una conexión se establezca entre ellos y la consciencia. Esos procesos pueden tener una sola o varias causas somáticas o proceder de manantiales psíquicos creadores".

En 1985, Marie Louise Von Franz dijo sobre estas categorías y procesos:

"Estos procesos pueden entonces tener como fundamento, bien sean acontecimientos sucedidos en el entorno físico o psíquico del sujeto, o sucesos pertenecientes a su pasado o a su futuro. En efecto, apartando los sueños oníricos de reacción a un choque (por ejemplo el sueño onírico provocado por el impacto de una granada) los sueños no se contentan jamás de la pura y simple reproducción de una experiencia vivida. El vínculo entre el contenido de un determinado sueño y ciertos acontecimientos físicos o psíquicos o también de acontecimientos venideros no puede, en la mayoría de los casos ser descubiertos sino ex post facto. Estos sueños oníricos son más raros que los que contienen una reacción inconsciente a una situación consciente ─ se trate de la representación de un conflicto entre la consciencia y el inconsciente o que se exprese en él esa tendencia que tiene el inconsciente de inducir un cambio de actitud en el plano consciente. En cuanto a las tres últimas categorías, se trata de representaciones de procesos psíquicos que se despliegan en su totalidad en el seno del sujeto.

Se puede concebir el sueño onírico como un drama que se desarrolla en nosotros y en el cual somos todo aquello que en él toma forma, es decir todo a la vez, el autor, el director de teatro, los actores, el apuntador y finalmente el espectador. Cuando una se esfuerza en comprender el sueño onírico de esta manera, resulta a menudo en el soñador una sorprendente revelación de lo que ocurre en su psíque, de alguna manera «a sus espaldas». Esta sorpresa puede ser sentida como desagradable, como regocijo o incluso como iluminadora. Eso dependerá de la manera en que reaccionamos frente al espectáculo onírico y lo integramos a nuestra consciencia. El elemento sorpresa proviene de lo que Jung  llama función compensadora o complementaria del sueño onírico. Esto significa que el sueño onírico no representa prácticamente jamás cosas conocidas, sino que propone contenidos aptos para re-equilibrar la unilateralidad de la consciencia: es el aspecto compensador ; o también completa ciertos contenidos conscientes muy estrechos o sub-estimados agregando a ellos lo que les faltaba, lo que es el aspecto complementario. La comprehensión de tales sueños oníricos arrastra con ella un cambio en nuestras posiciones conscientes tanto en nuestra vida exterior como en lo que nos concierne personalmente.

Jung hace alusión al caso de una persona conocida por sus insensatos prejuicios y por su terca oposición frente a todo argumento razonable que se le podía proponer. Una noche esta mujer soñó ... que participaba a un acontecimiento social importante en su ciudad. La anfitriona la recibió con éstas palabras: «Que amabilidad de vuestra parte por haber venido! Venga, vuestras amigas están ya aquí, os esperan». La anfitriona condujo a la soñante hacia una puerta que abrió y la hizo entrar en un establo en donde habían vacas. La mujer empezó por negar comprender el sentido de este sueño que exponía crudamente su estúpida jactancia ; pronto se vió obligada de aceptar el mensaje. El sueño onírico justamente corrige esas tendencias y conduce así al conocimiento de lo que somos, así como lo que corresponde a nuestra naturaleza o no, y por lo tanto a la noción de lo que nos hace falta evitar.

Comprendido de esta manera, y a condición de ser tomados en forma seria como drama en el plano del sujeto, los sueños oníricos no cesan de procurarnos nuevos conocimientos sobre nosotros mismos ... el sueño onírico conserva esa ventaja específica considerable de darnos un diagnóstico de nosotros mismos en el curso de un incesante proceso dinámico en el que se alumbran las oscilaciones de poca envergadura, y registran las actitudes momentáneamente erróneas al igual que otros tipos de reacciones interiores.

Gracias a la atención puesta sobre los sueños oníricos, se crea lo que podría calificarse como diálogo ininterrumpido entre el yo consciente y el trasfondo irracional de la personalidad, trasfondo este, que presenta de algún modo el punto de vista de «el otro lado», un espejo en el cual el yo puede mirarse, observarse y vigilar su propia naturaleza

"Cuando un ser sigue sus sueños oníricos, percibe que, con frecuencia, tienen que ver con las relaciones de su entorno. Sus sueños oníricos le pueden desaconsejar, por ejemplo, otorgar una confianza excesiva a alguien, o puede soñar con un encuentro grato y fecundo con una persona a la que hasta ahora no había prestado atención. Cuando un sueño onírico nos habla así de otra persona, hay dos interpretaciones posibles. Esta persona no puede ser sino una proyección y representar simbólicamente algún aspecto del soñador mismo. Es la interpretación del sueño onírico en el plano del sujeto ... Pero puede suceder a veces que el sueño onírico nos revele alguna cosa sobre la persona real, lo que significa que el sueño tiene un sentido en el plano del objeto. Y el  inconsciente juega aquí un rol del que estamos lejos de comprender todas las implicaciones. Como todos los seres vivos superiores, el hombre está inconscientemente sintonizado con aquellos que le rodean y percibe sus problemas de una manera instintiva, independientemente de lo que él piensa de ellos conscientemente.

Nuestra vida onírica nos permite tener una visión de esas percepciones subliminales y nos muestra que tienen una influencia sobre nosotros. Si sueño, con alguien de mi entorno, de una manera agradable, mismo sin interpretar mi sueño, consideraré involuntariamente esa persona, que hasta ahora me era indiferente, con más interés. La imágen del sueño onírico puede haberme equivocado, a causa de las proyecciones, o al contrario haberme dado una información objetiva. Encontrar la interpretación justa exige mucha atención, circunspección y consciencia.

"Cuando alguien se esfuerza en obedecer al inconsciente, se encuentra a menudo impedido de hacer lo que le place. Pero estará con frecuencia igual de incapaz de hacer lo que otros esperan de él. Sucede entonces muchas veces que esté obligado de separarse del grupo al que pertenece para encontrarse a Sí Mismo.

¿Quien «compone» las series de imágenes oníricas? ¿Quien es el «urdidor», la «tejedora» de los sueños oníricos? 

"Llegamos ahora a ese gran misterio, a esta realidad extraordinaria que se sitúa en el trasfondo del fenómeno onírico y que cada uno de nosotros puede observar con facilidad: este desconocido maravilloso, ser o instancia, que compone las imágenes oníricas en serie. ¿Quien es? ¿Que cosa es? ¿Cual es, por ejemplo, ese espíritu travieso que inventó la escena del establo en el sueño de esa mujer y a su intención? ... De manera general ¿Cual es ese ser o esa cosa que nos contempla con ese ojo más lúcido y más imparcial que el de nuestro mejor amigo o enemigo? Debe tratarse de un Ser de una Suprema Inteligencia a juzgar por la profundidad y penetración de la que hacen prueba los sueños oníricos. Pero, de todas maneras, se trata de un Ser? ¿Está dotado de personalidad o estamos en presencia de alguna cosa de orden objetivo como por ejemplo la luz que percute la superficie de un espejo? Jung designó esa alguna cosa por la denominación de «mi personalidad número 2» . La personalidad número 2 es el inconsciente colectivo que, más tarde Jung ha designado como «la psíque objetiva», porque la percibimos como no perteneciente al sujeto. Se trata ahí de una cosa de la que el yo hace la experiencia como si fuere un contrario, un ojo, de alguna manera, que dirije su mirada sobre nosotros desde los fundamentos del alma. Son el inconsciente colectivo y sus contenidos los que se expresan a través de los sueños oníricos, y cada vez que uno logra comprender un sueño onírico y asimilar también su mensaje sobre el plano moral, «nuestros ojos se abren» , «vemos». Durante esos instantes, uno se contempla con los ojos de un ser otro que nosotros mismos, con la mirada de alguna cosa objetiva que nos escruta de alguna manera desde fuera, que se dirije a nosotros, lo que favorece muy particularmente el desarrollo de sentimientos así como una actitud y comportamientos éticos,  y tales nos ve y nos mira, tales somos en verdad ; así, deberíamos llevar nuestros esfuerzos de conocimiento de sí hasta este punto ─ porque ninguna paz interior verdadera es posible antes de haber alcanzado esa realidad."

"Cuando la cúspide de la vida es alcanzada, cuando el pimpollo se abre y de lo más pequeño lo más grande emerge, entonces ... «uno se torna dos» y la figura más grande que uno siempre ha sido pero que ha permanecido invisible, aparece a la pequeña personalidad con la fuerza de una revelación. Ella, la personalidad, que es en verdad desesperadamente pequeña, deberá arrastrar la revelación de lo grande hacia el nivel de su pequeñez y no entenderá nunca que el día del juicio para su pequeñez ha comenzado. Pero el Hombre que es internamente grande sabrá que el tan ansiado amigo del alma,  en realidad ha llegado ahora! A llevar cautiva la cautividad, a tomar posesión de ella, la personalidad, ... para hacer que su vida sea el fluir de la vida más grande".  ...

En 1988 en conversaciones con Fraser Boa  que fueron publicadas en el libro "The way of the dream" Hardcover Edition Toronto Canada, Marie Louise Von Franz dijo:

"Trabajo esencialmente a partir de los sueños oníricos. En nuestro modo de pensamiento, utilizamos los sueños oníricos porque provienen de un individuo dado y son sus sueños propios. El gran peligro potencial de todas las profesiones de apoyo psicológico es la posibilidad de interferir con la vida de otros. Tomad por ejemplo el concepto de normalidad. Un terapeuta puede tener cierta idea de la normalidad y pensar que su paciente debería volverse normal. En esto, interfiere, adopta una actitud de poder. Lo que él piensa, ¿es en verdad normalidad? Nadie puede conocer el destino de un ser humano. Los sueños oníricos son las solas cosas que provienen del paciente mismo y, si tratamos de comprender los sueños oníricos con el menor número de prejuicios posibles, podemos descubrir lo que la profundidad de ese paciente le dice a propósito de sí mismo. Nosotros terapeutas no somos más que traductores de sueños oníricos ... Cuando un sueño onírico es interpretado correctamente, un clic se produce en el paciente, que le hace decir «Ah si! es esto!». Esta impresionado, lo que probablemente le va a dar la motivación de cambiar su vida. Mientras que si Usted aconseja a ese mismo hombre: «Escuche, os comportáis como un adolescente y no es bueno para su salud», él no escuchará, porque él ya ha oido eso antes. Pero en contra, si su propio sueño onírico se burla de él, la probabilidad de que cambie verdaderamente su conducta es más fuerte ... Así en la escuela junguiana, seguimos los sueños oníricos. Trabajamos con el paciente para descubrir su significado y nos limitamos a eso solo. Trabajando juntos de esa manera, el paciente no tiene la impresión de haber sido puesto en la camisa de fuerza de la normalidad o la adaptación, según la concepción que de ella tiene el analista. Sigue sus propias sugestiones interiores, lo que su propia psíque le dice. El analista enseña entonces a la gente a ser capaces de escuchar su voz interior y de seguirla con la ayuda de los sueños oníricos."

Jung decía que el sueño onírico es a sí mismo su mejor explicación: entendía por esto que la interpretación de un sueño onírico es siempre inferior al sueño onírico mismo, porque las imágenes oníricas son la mejor expresión posible de los acontecimientos interiores que traducen.

Lo sueños oníricos son ..."fuente escondida del conocimiento de sí, porque esta fuente esta situada en nosotros mismos y constituye sin embargo un insondable misterio y todo un universo que apenas hemos comenzado a descubrir". 

 "Cuando Cristóbal Colón descubrió América, trajo de vuelta grandes riquezas a la reina Isabel. Pero los más preciosos tesoros eran sus mapas que permitieron a otros seguir explorando el nuevo mundo".

Carl Gustav Jung ,  Marie Louise Von Franz