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La Piedra de Fundación

C.G.Jung dijo "en tanto que el Sí es inconsciente, corresponde al superyó de Freud (internalización de las normas y prohibiciones parentales ...) y constituye una fuente de conflictos morales constantes. Pero si se ha retirado las proyecciones, es decir, si no es la opinión de los otros, el hombre sabe que es su propio sí y su propio no. Entonces el Sí actúa como una unio oppositorum y constituye ahí la experiencia más inmediata de la divinidad que la psicología pueda en definitiva posesionar. Para evitar malentendidos, debo recalcar aquí que solo hablo de la experiencia personal y no de los misterios que constituyen la base de la creencia religiosa.

Es decir, se trata de una noción psicológica experimental y no de una idea filosófica como por ejemplo "la cosa en sí" (Ding an Sich) que según Kant es un concepto pensable pero que, por su uso, nada de su esencia es verdaderamente conocido.

Mientras el Sí no es re-ligado a la consciencia, su capacidad de individuación permanece virtual: nace verdaderamente cuando pasa del estado potencial al actual por la llegada a la consciencia de contenidos inconscientes, con lo que se produce un re-centrar de la personalidad: el centro de la personalidad no coincidirá más con el ego, sino que será figurado por un punto a medio camino entre el consciente y el inconsciente. Este punto será el Centro de gravedad de un nuevo equilibrio el cual confiere a la personalidad un nuevo fundamento.

El Sí existe antes y desde el comienzo en forma latente es decir inconsciente. Designa la totalidad de la psique porque abarca la psique consciente y la psique inconsciente. Constituye una entidad sobre-ordenada al ego. No soy yo quien me creo a mí mismo: sucedo más bien a mí mismo. Esta subordinación o sacrificio del ego la encontramos simbolizada en todas las Tradiciones religiosas. Subordinación a una instancia interna situada por encima del egoísmo. Esta instancia es el principio de la individuación o Sí que aparece en el acto del sacrificio porque constriñe desde el interno propio al ego a la subordinación. De aquí el tema del Sacrificio asociado al tema de la Piedra.

"Y dijo El: toma a tu hijo único, el que tu amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moriyá y ofrécelo ahí en holocausto sobre uno de los montes que Yo te diré". Génesis 22:2

Una leyenda talmúdica expresa la manera en que este sacrificio es sentido:

"Y yo, clamó Abraham, he jurado no bajar del Altar antes de que Tú me hayas escuchado: cuando Tú me has ordenado inmolar a Isaac mi hijo,  tú has pecado contra ésta palabra: "porqué en Isaac será llamada tu simiente" Genésis 21:12. Pero me he callado. Ahora, si sucede que mis descendientes pecan en contra de Tí y los vas a castigar, recuerda: Tú tampoco estás sin falta: otorga a ellos perdón. Pues bien respondió el Señor ya que hay ahí un carnero atrapado en los arbustos detrás de tí, sacrificalo en lugar de tu hijo Isaac. Y si sucede que tus descendientes sean culpables y que en el primer día del año me siento para juzgarlos, entonces soplarán en el cuerno de un carnero para que me acuerde de tus palabras y les conceda gracia".

El Templo fue construido en Jerusalem sobre el Monte Moriyá ... "He aquí que yo pongo en Tziyón por cimiento una piedra, piedra de fortaleza, angular preciosa, de firme asiento; y aún el creyente no se precipitará". Isaias 28:16

La Piedra significa la firmeza y la estabilidad en el propio Ser en la que se debe perseverar y de la cual no debe uno apartarse. El que posee ésta Piedra no puede ser "disgregado" por las influencias colectivas o los problemas interiores, de aquí nace el sentimiento que ella constituye una parte del hombre que puede sobrevivir a todo.

La producción de ésta Piedra implica en primer lugar:

El encuentro con la propia sombra : las ilusiones sobre uno mismo y el mundo se derrumban, los ideales se revelan como deseos de poder camuflados, las convicciones sagradas aparecen huecas. El ego se siente despojado de todo su poder ilusorio y confrontado con la potencia obscura y confusa del inconsciente hasta que todas las obscuridades se han vuelto conscientes, todas las partes autónomas de la personalidad (complejos autónomos) sean reconocidos y moralmente sujetados.

Sigue luego la integración del componente interior del otro sexo: del conjunto hereditario inconsciente de todas las impresiones y experiencias  del linaje ancestral en relación al ser femenino en el hombre y masculino en la mujer. Se trata en definitiva de una unión interior de éstos componentes de la personalidad en uno mismo como experiencia interior no proyectada, que apunta a la unificación de los opuestos internos en el Sí. Un proceso hacia la consolidación interior del individuo y a la diferenciación de su capacidad de relación con el otro, que consiste esencialmente en una observación del justo medio, de una sabia regulación del fuego: un fuego excesivo destruye, un fuego insuficiente enfría.

Por ésta razón el Sí es un "espejo" que refleja la consciencia subjetiva y la vuelve visible. Así como una "puerta" a la que uno "llama" se abre, o un "camino" se revela al que busca, así un proceso de toma de consciencia y una evolución hacia la unidad y la totalidad empiezan para el que se refiere y se ata a su Centro interno (trascendental).

"Y habrá allí una calzada y camino que será llamado camino santo. No lo transitará el impuro. Será reservado a ellos y los que anduvieren este camino, aun los torpes, no se extraviarán". Isaias 35:8

"Porque el Eterno ha elegido a Tziyón. La quiso para habitar ahí". "He aquí Mi reposo para siempre: ahí habito". Salmos 132 vers.13 y 14