¿Tiene sentido la existencia humana? Descubrirlo, hablando en forma psíquica, es de importancia vital. C.G.Jung declara que para él, ... "el único sentido de la existencia humana parece ser pura y sencillamente encender una luz en la tiniebla del ser. Es decir crear la consciencia. El occidental busca preferentemente este sentido en la historia, contrariamente el oriental la descubre en sí mismo, la encarna en sí mismo".
"El Sí Mismo" para el oriental es una Fuente Espiritual. El objetivo de las prácticas orientales es el desplazamiento del foco del "yo" al Sí Mismo. Las relaciones cambiantes entre estas dos cantidades el "yo" y el "Sí Mismo" representan un campo de la experiencia que la consciencia introspectiva del Este ha explorado en grado sumo.
Es verdad que la cultura occidental, basada en la externalización, puede hacer desaparecer muchos males, cuya destrucción parece muy deseable y ventajosa. Pero tal como lo ha demostrado la experiencia, semejante progreso se paga demasiado caro, con una pérdida de cultura espiritual. Indudablemente, es más cómodo vivir en una casa bien ordenada y con los necesarios adelantos higiénicos, pero eso no responde a la cuestión de quién es el morador de esa casa, ni nos dice si su alma disfruta un estado similar de orden y de pureza, un estado como el de la casa que sirve para la vida externa. Una vez que se lanza en persecución de las cosas externas, el hombre jamás está satisfecho, tal como lo demuestra la experiencia, con las meras necesidades de la vida: siempre va en pos de más y más y, fiel a sus prejuicios, ese más lo busca siempre en las cosas externas. Se olvida totalmente de que, pese a todos los éxitos externos, interiormente sigue siendo el mismo, y por consiguiente se queja de su pobreza cuando posée solo un carro en vez de dos, como sus vecinos. Indudablemente, estar provisto de todo lo "necesario" es una fuente de felicidad que no hay porqué subestimar. Pero por encima de ella, y trascendiéndola, el hombre interior hace oír su clamor, que ningún bien externo puede satisfacer; y cuanto menos atención se presta a esta voz, en medio de la cacería de las "cosas maravillosas" de este mundo, tanto más se convierte el hombre interior en fuente de inexplicable mala suerte y de desdicha incomprensible, en medio de unas condiciones de vida de las que cabría esperar algo muy diferente. La externalización conduce a un sufrimiento incurable, porque nadie puede entender cómo uno puede sufrir a causa de su propia naturaleza. Nadie se sorprende de su propia insaciabilidad, sino que la considera parte de su patrimonio, sin darse cuenta de que la unilateralidad de semejante dieta para el alma le llevará, en última instancia, a desequilibrios gravísimos. Es esto lo que genera la enfermedad del occidental, que además no descansa mientras no ha contaminado el mundo entero con su voracidad y su desasosiego.
La Sabiduría y el Misticismo del Este tienen, por tanto, mucho que decirnos, siempre que puedan hablar en su propio e inimitable estilo. Están ahí para recordarnos las cosas similares que tenemos en nuestra propia cultura y que hemos olvidado, y para llamarnos la atención sobre aquello que dejamos de lado, restándole importancia: nada menos que el destino de nuestro hombre interior ... un mensaje de advertencia, dirigido a una humanidad que corre el riesgo de perderse en el caos de su inconsciencia y de su falta de control" ...
Extractos de la introducción que hizo C.G.Jung al libro de Heinrich Zimmer Der Weg zum Selbst.