La vida es para gozarla ¿Porqué entonces no hacer un esfuerzo para tener siempre a flor de labios una sonrisa?
La risa y el buen humor crean espacios nuevos para alegrías desconocidas. Un día en el que no has reido, es un día perdido. Las cosas desagradables no se evitan con el disgusto ni con el mal humor, nos acosan inevitablemente y debemos aceptarlas estoicamente con una sonrisa.
La alegría de vivir rejuvenece y alarga la vida y se hace contagiosa a los que nos rodean. Los malos ratos hay que verlos de frente pero no vivirlos y sufrirlos. El axioma "¿si tiene remedio, porqué te preocupas? ¿Si no tiene remedio porqué te preocupas?" debiera ser tu filosofía para que vivas mejor de ahora en adelante.
Cuando la tristeza toque a las puertas de tu corazón, ábreselas con una sonrisa y te sentirás con fuerza para no sufrirla.
Esta es una lección que hay que aprender, para una larga fecunda y feliz vida.
O.T.S.