Esta historia es verídica. Los hechos que siguen fueron narrados por Richard Wilhelm misionero protestante alemán, autor de la célebre versión del Yi King (El Libro de las Transformaciones).
"Hubo una gran sequía en la ciudad en donde Richard Wilhelm residia; durante meses no cayó una gota de lluvia y la situación se volvió catastrófica. Los católicos hicieron procesiones, los protestantes hicieron plegarias, y los chinos quemaron incienso y dispararon salvas de fusil para asustar los demonios de la sequía. Finalmente los chinos se dijeron: "Vayamos a buscar al hacedor de lluvia", y éste vino de una de las provincias. Era un hombre viejo y demacrado. Dijo que la única cosa que deseaba era que pusieran a su disposición una pequeña casa tranquila y se encerró en ella durante tres dias. El cuarto dia se amontonaron nubes y se produjo una fuerte nevada, en la época del año en donde la nieve no era previsible, y en cantidad habitual. Tantos rumores circularon en torno a este extraordinario hacedor de lluvia que Wilhelm fue a ver al hombre, y le preguntó como había hecho. En verdadero Europeo, dijo: "Os llaman el hacedor de lluvia, puede Usted decirme como Usted ha producido la nieve?". El pequeño chino respondió: "No he hecho la nieve, no soy responsable de ello" - "Pero que ha hecho Usted durante esos tres dias?" - Oh, éso se lo puedo explicar, es sencillo. Vengo de un país en el cual las cosas son lo que deben ser. Aquí las cosas no estan en orden, no estan como deberían estar según el orden del cielo, de aquí que el país entero está fuera del orden. Yo no estaba tampoco en el orden natural de las cosas, porque estaba en un país que no estaba dentro del orden, por ello la única cosa que tenía que hacer era esperar tres dias hasta que me volviera a encontrar en orden, y entonces el orden hizo la nieve".
"Hubo una gran sequía en la ciudad en donde Richard Wilhelm residia; durante meses no cayó una gota de lluvia y la situación se volvió catastrófica. Los católicos hicieron procesiones, los protestantes hicieron plegarias, y los chinos quemaron incienso y dispararon salvas de fusil para asustar los demonios de la sequía. Finalmente los chinos se dijeron: "Vayamos a buscar al hacedor de lluvia", y éste vino de una de las provincias. Era un hombre viejo y demacrado. Dijo que la única cosa que deseaba era que pusieran a su disposición una pequeña casa tranquila y se encerró en ella durante tres dias. El cuarto dia se amontonaron nubes y se produjo una fuerte nevada, en la época del año en donde la nieve no era previsible, y en cantidad habitual. Tantos rumores circularon en torno a este extraordinario hacedor de lluvia que Wilhelm fue a ver al hombre, y le preguntó como había hecho. En verdadero Europeo, dijo: "Os llaman el hacedor de lluvia, puede Usted decirme como Usted ha producido la nieve?". El pequeño chino respondió: "No he hecho la nieve, no soy responsable de ello" - "Pero que ha hecho Usted durante esos tres dias?" - Oh, éso se lo puedo explicar, es sencillo. Vengo de un país en el cual las cosas son lo que deben ser. Aquí las cosas no estan en orden, no estan como deberían estar según el orden del cielo, de aquí que el país entero está fuera del orden. Yo no estaba tampoco en el orden natural de las cosas, porque estaba en un país que no estaba dentro del orden, por ello la única cosa que tenía que hacer era esperar tres dias hasta que me volviera a encontrar en orden, y entonces el orden hizo la nieve".