Por una parte, la reforma y el ordenamiento interno de uno mismo engendra automáticamente un cambio en nuestro entorno social. Al clarificar, sin engañarnos a nosotros mismos, las intenciones y los móviles que impulsan y originan nuestros actos, los eventos y los acontecimientos en nuestro ámbito de acción caerán y se producirán en forma justa y se pondrán correctamente en su lugar. Para el logro de este esclarecimiento un cerebro bien oxigenado es requisito indispensable.
La gran mayoría de las pautas de reacción que contribuyen a la conservación de la vida del cuerpo físico son instintivas: no tenemos control sobre ellas: salvo la respiración.
Generalmente respiramos inconscientemente, sin utilizar la plena capacidad pulmonar, lo que ocasiona una oxigenación deficiente de la sangre y consecuentemente un cerebro desnutrido. Pero si queremos, podemos imprimir un ritmo a la respiración. Respirar bien es igual a respirar en forma rítmica, acompasada. Necesitamos un cerebro bien nutrido, bien oxigenado, en su máxima capacidad y esto se obtiene cuando respiramos bien. Una buena respiración, es decir una respiración rítmica es requisito ineludible para serenarse, relajarse, concentrarse y abordar el ordenamiento interno.
Por otra parte, la mente es el caballero y la respiración es la montura (el caballo). El control de la respiración trae como consecuencia el control de la mente o sea impedir su divagación. Un ingeniero nunca haría calentar un caldero agujereado antes de haberlo hecho restañar perfectamente, pues sabe que el vapor se escaparía baldíamente, sin producir el resultado esperado. La regulación de la respiración es obtenida observando sus movimientos, del mismo modo si uno vigila la mente los pensamientos dejarán de elevarse. De aquí el aforismo que dice: "es victorioso en el combate aquel que escucha el galope de su caballo".
Control de la respiración es igual a control de la mente y viceversa. Los pensamientos y la respiración son dos aspectos diferentes de una misma corriente de la que ambos dependen: la Vida.
La Paz es el estado natural. La mente obstruye la paz inherente interior.